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13 de abril de 2012

Fugitivos 1.0 ( Primera Parte)


Viernes tarde. Tras cinco horas conduciendo llegamos a Arroyomolinos (Madrid) donde nos esperaban nuestros amigos, una parejita tan encantadora como guapos, con los que iríamos  a la casa rural.

Tardamos otras 2 horas en llegar y para entonces ya se había hecho de noche. Allí nos esperaban otras dos parejas, todas conocidas, que habían llegado ya por la tarde para inspeccionar el entorno e ir preparando la casa.

Al día siguiente llegarían otras tres parejas, pero esa noche éramos solo 4.

La casa era grande y espaciosa con un indefinible estilo decorativo donde llamaba la atención el enorme salón presidido por una chimenea de piedra sobre la que colgaba un gran cuadro, espeluznante, en el que unos “cocodrilo-ratas” blancas devoraban bebes humanos. En las paredes colgaban distintos tipos de peces disecados; lucios, carpas,.... , junto con todo tipo de cacharrería sin ningún orden aparente, como al azar.

Cerca de la chimenea un gran sofá amarillo se convertiría en el corazón y alma de esa noche, pero antes había que cenar. En el lado opuesto a la chimenea, del enorme salón, había una gran mesa rectangular de madera, alrededor de la cual nos sentamos a cenar mientras charlábamos distendidamente, en un ambiente de camaradería, compartiendo lo que cada uno llevó preparado para esa noche; queso, sobrasada, tortilla, empanada, ensalada,.... La sobremesa que siguió a la cena se alargó entre risas, chupitos de licor café y anécdotas que solo se cuentan cuando te sientes rodeado de gente como tu, swingers.

En algún momento indeterminado decidimos pasar de la mesa al pobre, o afortunado, sofá, que nunca olvidará ese fin de semana, en el que fue sacudido, arrastrado e incluso empapado tras algunos orgasmos femeninos con squirting incluido.

-         ¿Queda algún condón?. Preguntaba alguien sin recibir respuesta por parte del resto de compañeros de fiesta, que se entregaban al frenesí de cuerpos desnudos, gritos y gemidos.

En un momento había una chica con tres chicos, en otro un chico con dos chicas, en otro todo parejas intercambiadas, apareciendo así distintas combinaciones en las que todos se entregaban al baile de cuerpos. Como decimos nosotros; “un gran momento PM”.

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