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4 de diciembre de 2011

tercera parada: Madrid

No recuerdo en que momento comenzamos a besarnos, pero si recuerdo abrir un ojo y ver a Alba con el otro chico. Ella también abrió los ojos y nos miramos fijamente mientras cada uno se besaba en esquinas opuestas del sofá.
Hubo un momento en que Alba se tumbó mientras el chico acariciaba su cuerpo, así que aproveché para acercarnos a ella y cumplir una de sus fantasías... 6 manos y tres lenguas recorriendo su cuerpo desnudo, notando como se erizaba cada poro de su piel.
Decidimos ir a la habitación para estar más cómodos. Ellas se pusieron en el centro de la cama, de frente, besándose y acariciándose. Nosotros detrás observando y acariciándolas, dejando volar las manos como si tuvieran vida propia.
Me tumbé boca arriba y dejé que las dos chicas saborearan mi cuerpo, ...dos bocas, dos lenguas atrapando mi sexo erecto, en un momento delicioso en el que el tiempo se detiene y tus sentidos se centran en un solo objetivo; PLACER.
.... y hubo placer para todos!!!!

2 de diciembre de 2011

Segunda parada: Bilbao

Era nuestra segunda KDD de PM después de la de Oporto y llegábamos de Barcelona con cierto sabor agridulce en la garganta por la pena de dejar atrás a dos buenos amigos y por las ganas de volver a vivir algo parecido a lo vivido en Oporto.

Llegamos a Bilbao el viernes por la tarde con tiempo suficiente de ir al hotel y descansar un rato antes de la preKDD de esa noche. Para nosotros suelen ser más divertidas las preKDDs que las propias KDDs y ésta vez no iba a ser diferente.

Se había reservado un local para las 27 parejas que nos animamos a la pre, en el que cenamos animadamente, charlando con unos y otros y estableciendo las primeras impresiones y afinidades, para luego tomar las primeras copas. Hacia las 3 de la madrugada se cerró el local así que nos fuimos todas las parejas a una disco cercana en la que sí se terminaron de desatar los juegos y flirteos. Ese ambiente liberal animaba a buscar el encuentro, besándose unos con otros ante la mirada estupefacta del resto del personal. Se trataba de una situación realmente morbosa y divertida en la que predominaba sobre todo la camaradería y el buen rollo que desprende estar entre “iguales”, entre otras parejas liberales.

Entre baile y baile, entre beso y beso, entre juego y juego se iban creando los grupos que un par de horas más tarde llenarían de gemidos y jadeos los pasillos del Hotel (todas las parejas nos alojábamos en el mismo hotel), filtrándose a través de puertas y paredes.

Nuestro grupillo lo formábamos tres parejas, bien conocidas entre sí de otras situaciones parecidas y noches locas, que esta vez nos juntábamos en la misma habitación, en la que a base de juegos y fotos subidas de tono fue subiendo la temperatura hasta entremezclar 6 cuerpos desnudos en una cama. No se si fue al principio o al final, pero en algún momento nos aporrearon la puerta de la habitación, quizá algún huésped desesperado por los ruidos o quizá otra pareja dispuesta a unirse a la fiesta. Nunca lo sabremos ya que nadie quiso levantarse a comprobarlo.

A las 7 y pico de la mañana nos fuimos a nuestra habitación a tratar de descansar un rato, tarea prácticamente imposible ya que no dejaban de llegar a nuestra mente las situaciones vividas hacía tan solo unos instantes. El cansancio era grande pero nuestra excitación mayor así que volvimos a hacer el amor, esta vez solos, esta vez de manera más intima y dulce en nuestra habitación. No recuerdo que hora era cuando logramos quedarnos dormidos pero era tarde, muy tarde.

Nos levantamos justo para ducharnos, cambiarnos e ir a comer con todas las parejas a una sidrería en el centro de Bilbao. Allí volvimos a encontrarnos con las caras de la noche anterior, esta vez más familiares, volviendo a entablar conversación con unos y otros. El comentario mayoritario eran los ruidos que provenían de muchas habitaciones, ya que al parecer se habían creado bastantes grupillos múltiples como el nuestro.

Ya por la noche llegó el gran momento, la KDD, en un local reservado durante toda la noche solo para nosotros con pintxos, copas y buena música en el que la temperatura iría subiendo a medida que pasaban las horas. Los camareros no salían de su asombro ante muchas situaciones que observaban, primero con perplejidad y luego con deseo. Alguno incluso se llevaría un buen recuerdo cuando, al ir a recoger vasos, una chica le dio un buen meneo. Algunas parejas desaparecieron pronto, otras aguantaron hasta bien tarde. Nosotros, rotos de cansancio, tras 3 días sin parar decidimos irnos solos al hotel... pero eso sí, con más días por delante, que la siguiente parada sería Madrid...Pero esa será otra historia

1 de diciembre de 2011

Primera parada: Barcelona

Merece la pena pegarse una paliza de coche cuando al llegar conoces gente increíble.

Teníamos una semana de vacaciones y nos liamos la manta a la cabeza, una locura transitoria de estas que se dan muy de vez en cuando, y decidimos hacer una triangulación por todo el norte de España.

Primera parada: Barcelona
Además de visitar una ciudad que teníamos muchísimas ganar de descubrir, la ciudad Condal nos deparó una gran sorpresa.... No vamos a dar sus nombres pero saben que nos referimos a ellos; una pareja deliciosa y encantadora, gente que merece la pena conocer y disfrutar.
Llegamos tarde a Barcelona, sobre las 19h, pero ya nos estaban esperando en la Plaza de Colón. Tras un breve saludo les seguimos en el coche por las calles de Barcelona y nos llevaron a tomar algo en un local increíble, en Tibidabo, con unas vistas estupendas de Barcelona. Allí tuvimos nuestro primer contacto real y desde el primer minuto ya nos dimos cuenta de que había afinidad y muchas cosas en común, algo imprescindible para nosotros.
Esa noche terminó pronto ya que ellos debían madrugar al día siguiente, pero eso sí, con la sensación de que el día siguiente sería especial así que nos acostamos con ganas de que llegara pronto.
Al día siguiente, tras una jornada agotadora visitando Barcelona, por fin llegó la hora de volver a vernos. Nos regalaron una cena perfecta y, tras tomar una copa en un pub del Born, nos invitaron a guiarnos por el “Training Pedralves” un club liberal de la ciudad.
Tras una fugaz visita por las instalaciones nos detuvimos en la pista de baile a tomar algo y charlar animadamente mientras todos esperábamos que alguno tomase la iniciativa. Fue el juego del hielo el que definitivamente, y tal como dice su nombre, rompió el hielo al pasárnoslo de boca en boca y derretirse en menos de 1 minuto, así que decidimos subir hasta un reservado con una gran cama redonda y allí dar rienda suelta a todas las fantasías que pasaron por nuestras mentes desde el principio de la noche cuando estábamos sentados frente a frente en la cena.
En el reservado Alba y el chico se fundieron en un remolino de morbo y pasión, intercambiando múltiples posturas, sudores y gemidos. Loure y la otra chica se dedicaron a un juego mucho más sensual y delicado, plagado de caricias, besos y miradas en las que se trataba de estimular cada terminación nerviosa de la piel.
Ambas opciones fueron espectaculares, simplemente deseamos volver a verlos.

Si es que merece la pena pegarse una paliza de coche cuando al llegar conoces gente increíble.