Etiquetas

2 de febrero de 2009

¡Qué más se le puede pedir a una noche maravillosa!

La estábamos esperando en el Twenty cuando llegó……uffffffffff!!!! Alta, rubia, guapísima, con un vestidito corto y botas altas que adivinaban un cuerpazo espectacular, como mas tarde comprobamos.





Sin tiempo a pedir nada más salimos del Twenty y nos dirigimos al restaurante, donde teníamos reservada una mesa para tres, bajo un aguacero tremendo que pronosticaba una noche de perros. La cena fue encantadora, amena y divertida y entre risas y anécdotas pasó volando.
Al salir del restaurante el tiempo nos dio una tregua hasta llegar al Valenciaga donde nos tomamos una copa y empezamos a tener la sensación de que aquélla sería una noche inolvidable. Pronto decidimos cambiar y nos fuimos al Arenal X. Allí la noche realmente empezó a tomar forma.


Bailábamos y nos reíamos en una atmosfera muy animada que en breve sería, además, tórrida.


-“Parece que hay que calentar el ambiente”- Nos dice nuestra amiga


Dicho y hecho. Los bailes cada vez eran más ardientes, los besos volaban entre nosotros de una boca a otra o los tres al unísono y nuestras manos buscaban un cuerpo que acariciar. Decidimos subir los tres a la tarima y allí continuar jugando bajo más de una mirada atónita y comentarios de asombro, envidia y fascinación.


Era hora de continuar la fiesta en otra parte…. Y qué mejor sitio que nuestra casa a la que nos dirigimos y en la que la noche continuó aún durante varias horas. Nuestra amiga se convirtió en ese momento en nuestra invitada especial.

Le vendamos los ojos, la tumbamos en la cama y a partir de ese instante nos dedicamos a proporcionarle y proporcionarnos placer. Tres cuerpos desnudos entrelazados, acariciándose, besándose, mordiéndose, tocándose, comiéndose….


¡Qué más se le puede pedir a una noche maravillosa!

No hay comentarios: